Cubriendo el Crimen de Odio en un Mundo Cada Vez Más Toxico

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Reportaje,  Hanna Esqueda – We-Ced/New America Media

Mientras que uno de los presidentes más divisivos asume su cargo, los investigadores del crimen de odio están advirtiendo a los periodistas que mantengan su vista en la intersección del crimen y las palabras de odio en sus comunidades.

“Las investigaciones han demostrado que, a raíz de un incidente catalizador, como el 9/11, (este) puede crear una correlación de los crímenes de odio”, dijo Brian Levin, profesor de justicia criminal de la Universidad Estatal de California, San Bernardino, y director del Centro del Estudio de Odio y Extremismo.

Algunas declaraciones hechas por los líderes políticos inmediatamente después de tales acontecimientos transcendentales también tienen un impacto profundo en las estadísticas del crimen de odio. Levin señaló a algunas de las retoricas más toxicas de la campaña del presidente Trump como un ejemplo.

Los discursos de la campaña de Donald Trump que señalaron a los Latinos y otros grupos de minoría, fueron seguidos por un fuerte aumento en los reportes del crimen de odio, aumentando en un momento a más del 86 por ciento, dijo Levin.

En contraste, el discurso por el Presidente George W. Bush en una mezquita del área de Washington seis días después de los ataques del 11 de septiembre, resulto en la disminución de doble dígitos en el nivel de crímenes de odio.

Aún más reciente, la comunidad de San Bernardino experimento cero crímenes de odio a raíz del tiroteo masivo del 2015, un detalle que Levin atribuye al tono respetuoso establecido por los líderes políticos y comunitarios.

Entendiendo el Odio

Esto no quiere decir que estas comunidades fueron inmunes a los discursos de odio. Phyllis Gerstenfeld, profesor de justicia criminal en la Universidad Estatal de California, Stanislaus, dijo que es importante que los periodistas distingan entre los dos.

“Los discursos de odio sería algo exhibiendo el odio sin ningún acto criminal”, ella dijo. “Si no hay actos criminales, entonces los discursos de odio son protegidos por la Primera Enmienda”.

Sin embargo, las líneas entre los dos se pueden poner confusas, especialmente cuando hay comentarios amenazantes entre ellos, dijo Gerstenfeld.

Hasta cuando ha ocurrido un crimen y parece estar entrelazado a un mensaje de odio, los investigadores dicen que la mayoría de los fiscales están reluctantes a presentar cargos de crímenes de odio.

“Para poder condenar a alguien, se tiene que comprobar que ellos fueron motivados por el grupo de las víctimas”, dijo Gerstenfeld. “Comprobar los motivos siempre es difícil”.

La mayoría de los estados tienen leyes que protegen a los grupos basándose en la etnicidad, su país de origen y religión, pero pocos incluyen provisiones para la identidad de género y la orientación sexual. Cinco estados, incluyendo Carolina del Sur, Georgia, Indiana, Arkansas y Wyoming no tienen leyes de crímenes de odio.

En esos casos, dijo Gerstenfeld, el gobierno federal puede ayudar y condenar bajo su propia ley del crimen, como se vio recientemente en el caso de tiroteos en masa por Dylann Roof en el Sur de Carolina. Aunque esto es raro, y ella dijo que el gobierno federal típicamente se involucra cuando hay un número alto de cuerpos u otro factor agravante.

Tendencias recientes del crimen de odio

Aunque la evidencia anecdótica puede sugerir que los Estados Unidos vio un aumento en los crímenes de odio en el 2016, los investigadores dicen que comprobar que es así tomara tiempo.

Actualmente, las estadísticas nacionales del crimen de odio son publicadas a través de un reporte anual de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI). La información vista en su mayoría con fallos, porque se basa en la participación voluntaria de los grupos policiales locales de la nación.

Algunos estados como Tennessee multan a las agencias policiacas locales que no participan, mientras que otros estados como Mississippi no participan, dijo Levin.

“Sabemos que Tennessee ha reportado cientos de casos de crímenes de odio el año pasado, pero Mississippi, que tiene la población de afroamericanos más alta, reporto cero crímenes”, señaló Levin. “Obviamente algo hace falta”.

Los afroamericanos históricamente han sido el grupo racial más señalado en los crímenes de odio, representando el 53 por ciento de los 5.850 incidentes de odio reportados en el 2015, de acuerdo con la información del FBI.

Aunque los crímenes de odio en su totalidad están aumentando – aumentando por más del seis por ciento entre el 2014 y el 2015 – el número de crímenes de odio reportado entre los Latinos permanece relativamente sin algún cambio.

Sin embargo, alarmantemente, el reporte del FBI del 2015 reporto un aumento del 67 por ciento en los crímenes de odio contra musulmanes, dijo Levin.

“Hemos estado en un rango de 105 a 160 crímenes de odio contra musulmanes cada año desde el 2000, pero de nuevo, esto depende de los reportes voluntarios de las agencias locales”, él dijo.

Además, los investigadores como Gerstenfeld dicen que los personales policiales a menudo carecen del entrenamiento necesario para completamente comprender los crímenes de odio.

Con la excepción de California, los estados no requieren específicamente que los policías sean sometidos al entrenamiento de cómo identificar los crímenes de odio potenciales. Ese componente ausente puede llegar a que los incidentes de odio sean mal identificados o que no sean reportados, dijo Gerstenfeld.

Cubriendo los crímenes de odio en su comunidad

Los reporteros pueden llenar la brecha en los reportajes del crimen de odio a través de la cobertura de los incidentes locales en sus comunidades, dijo A.C. Thompson, un periodista investigador galardonado con ProPublica. La oficina de noticias sin fines de lucro está trabajando para establecer un mapa de información para registrar los incidentes del crimen de odio en toda la nación.

“Estamos tratando de añadir otra capa de información a lo que ya existe”, él dijo. “La gente en toda la nación puede reportar los incidentes del crimen de odio y el prejuicio del odio”.

Para los que están reportando sobre los crímenes de odio en sus comunidades, Thompson recomienda entender la línea entre la simpatía y el escepticismo hacia las víctimas.

“Quieres obtener el mejor sentido posible de si la historia tiene sentido o no”, él dijo.

Una de las mejores maneras de abordar las historias de los crímenes potenciales de odio es de buscar a los testigos de ese evento. Thompson recomienda hablar con los individuos que posiblemente vieron o escucharon a la víctima en el momento del supuesto crimen para ayudar a colaborar a la historia.

Recursos adicionales como los registros médicos y los reportes policiacos también pueden ser importantes, ya que pueden añadir más pruebas de los danos o heridas que resultaron de un crimen de odio.

Las redes sociales también son una buena herramienta para reportar, y puede ayudar a aclarar los motivos de las víctimas y los criminales, dijo Thompson.

Las historias que atraen atención a tales incidentes no solo ayudaran a evitar que las comunidades sufran en silencio, sino también ayudan a los investigadores a desarrollar una imagen más clara de las tendencias del crimen de odio.

Las historias reportadas a través de la base informativa de ProPublica serán examinadas y registradas para las investigaciones futuras por otros periodistas y expertos, dijo Thompson.

“La idea es de que como sea posible, asignar y tener un seguimiento frente la ausencia de información federal sólida”, él dijo.

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