Una Ciudad, Dos Historias de Éxito

Por Yaquelin Valencia

Mi nombre es Yaquelin Valencia. Tengo 21 años, soy una DREAMER indocumentada y recién beneficiaria de DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia). Nací en Aquila, Michoacán, México. Mi mamá me trajo a los Estados Unidos cuando yo tenía dos años, y crecí en Richmond, California. Crecí con un grupo diverso de amigos, y todos enfrentamos las mismas luchas: vivir en barrios de bajos recursos, y viviendo la violencia en la escuela y frente a nuestras propias casas. De todos modos, me emociono mucho cuando escucho a la gente decir, “Soy de Richmond”.

Al crecer, rara era la vez que escuchaba historias de éxito de jóvenes que se graduaron y siguieron a la universidad. Pero, recientemente escuche una de esas historias de éxito – la de un hermano afroamericano – mientras estaba en un entrenamiento nacional para PICO ( personas que mejoran sus comunidades a través del activismo).

Ryan Coogler creció en Richmond donde jugo fútbol americano como muchos de mis amigos lo hicieron. Después de la high school, asistió a St. Mary’s College donde se enamoro con las matemáticas y la química. “Si no funciona el fútbol americano entonces seré un doctor”, dijo.

Pero Ryan tomo otro camino.

Ryan no pensó de filmes o escribir hasta que una de sus profesoras en St. Mary’s lo animó a escribir. Ryan lo hizo y sus palabras eran poderosas. Su profesora le pregunto, “¿Has pensado en hacer una carrera de esto?” Ryan le contesto que no. Pero cuando regreso a su cuarto, solo pensaba en eso. Después se traslado a Sacramento State University, donde continuo a jugar fútbol americano y se inscribió en unas clases de filme. Desde ahí se traslado a UCLA, donde fue de ser un atleta a un jugador de equipo en otro sentido – como director del filme, “Fruitvale Station”.

Con el paso del tiempo, PICO jugó un papel de apoyo en la carrera de Ryan. Cuando Ryan estaba en Los Ángeles, el fundador de PICO John Baumann le dio una mano. Y cuando Ryan decidió escribir el filme, regresó a Richmond, pero necesitaba un lugar callado para escribir. Una vez más, John le dio una mano para que Ryan pudiera enfocarse en escribir.

Unos días antes de que Ryan estuviera apuntado para estar en el entrenamiento de PICO, nos dieron la oportunidad de ver su filme, que fue muy impactante. Mientras nos subimos a los camiones para ir a ver la película, yo estaba llena de ansiedad. Sabia que iba a sentir dolor de alguna manera.

La película era completamente diferente de lo que había visto presentado a Oscar Grant en las noticias. En el filme, yo pude ver a Oscar como un ser humano cariñoso que estaba tratando de cambiar su vida. Pude ver algunas luchas de Oscar, y me pude relacionar con algunas de ellas. Todos hacen errores y eso es parte de ser humano. Oscar era un ser humano. Contrario a las noticias, el filme enseño que no solo fue un homicidio – fue un niño más que le robaron la oportunidad de tener un padre.

Durante la película viví varias emociones: sentí furia, tristeza, y dolor profundo. Después de la película solo podía pensar en Oscar Grant diciendo, “Me baleaste…tengo una hija. ¿Por qué me baleaste?” Esto lo oía en mi mente repetidamente.

Ambos yo y Ryan crecimos en Richmond y los dos jugamos deporte. Pero ahora, la conexión es que su madre y yo somos parte de PICO. Es emocionante ver ese vínculo y saber que como Ryan, yo estoy trabajando para hacer un impacto positivo en la comunidad. En una manera diferente, claro, pero se que los dos estamos haciendo lo que nos gusta hacer.

Puedo ser muy aventada, pera hay veces que siento que no tengo voz. La mayoría de mis amigos son documentados, entonces he tenido que prácticamente enfrentar mi lucha sola. Sin embargo, fue aquí en Richmond donde me dieron la oportunidad de alzar mi voz y ser parte de crear cambio. Conocí a Adam Kruggel, el director de CCISCO una organización interdenominacional y multiétnica ligada a PICO, y aprendí a enfrentar mi miedo a hablar. Hasta este día me pongo nerviosa, pero también he tenido logros grandes.

Ahora, ya no vivo en Richmond pero sigo trabajando con una organización hermana de CCISCO llamada CBC (congregaciones creando comunidad) en Modesto, donde soy una organizadora comunitaria trabajando en la inmigración. Estar conectada a la red PICO con las dos organizaciones me ha dado herramientas – he aprendido sobre el poder, de desenmascarar el poder, y mi propósito más alto. He tenido oportunidades de hablar sobre la raza, y he aprendido de diferentes tradiciones de fe. Las herramientas que he aprendido las usaré hoy y en el futuro, para transformar vidas a través de campañas que abordan los temas que causan dolor en nuestras comunidades.

Con su filme, Ryan dejo saber que Oscar Grant era un ser humano. Yo quiero crear poder al empoderar a la gente a tener una voz, para que como un equipo, podamos crear oportunidades para todos.

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