25 Feb Grupos Comunitarios Llenado Vacío en los Servicios LGBTQ en Richmond, San Pablo
Reportaje, Edgardo Cervano-Soto
Lilia Quiñones, residente de San Pablo desde 1984, se sienta en un sillón de felpa, escuchando las presentaciones de las personas a su alrededor mientras ella mueve su bastón en la palma de su mano. Cuando es su turno para hablar, Lilia se presenta como la abuela de una sobrina lesbiana que quiere aprender más sobre cómo apoyar a su sobrina y otros jóvenes LGBTQ.
El encuentro fue organizado por Somos Familia, un grupo de padres voluntarios que dirigen talleres y grupos de apoyo para las familias latinas del Este de la Bahía con hijos LGBTQ. Somos Familia comenzó en 2007, después que dos madres decidieron platicar con otras familias con hijos LGBTQ. Morada de Mujeres del Milenio, una organización de servicios de apoyo familiar con sede en el centro de la Iglesia de la Comunidad MacArthur en San Pablo, invito a la organización a dar una presentación.
Dentro de la habitación, alrededor de 15 personas – más de la mitad identificándose como madres y abuelas – miran extractos del documental de Somos Familia, Tres Gotas de Agua. Mirna Medina, miembra fundadora y facilitadora de la discusión, aparece en el video. Medina comparte su experiencia de la aceptación y la comprensión de la orientación bisexual de su hijo dentro de una cultura que es intolerante hacia la homosexualidad.
“Esta fue la primera vez que conozco de un grupo de apoyo para los padres latinos con hijos gays y lesbianas”, dice Lilia durante la reflexión en grupo.
La falta de servicios de apoyo LGBTQ
Reuniones como la descrita anteriormente son un fenómeno poco frecuente en las comunidades de clase obrera de Richmond y San Pablo. A pesar de su proximidad a San Francisco, Oakland y Berkeley, tres ciudades tradicionalmente liberales con culturas y comunidades fuertes LGBTQ, una discusión pública y participación con personas LGBTQ todavía no a sucedido aquí de una manera significativa.
Ahora, Somos Familia se une al Grupo Alphabet (Alfabeto) del Centro RYSE en Richmond como las dos organizaciones solitarias que trabajan directamente en temas LGBTQ en la región. Esto no quiere decir, sin embargo, que Richmond y San Pablo no han tenido que responder a las preocupaciones de la comunidad LGBTQ.
En diciembre de 2008, la violación en grupo de una mujer lesbiana – clasificada como un crimen de odio – en Richmond impulsó una amplia gama de organizaciones comunitarias a través del Área de la Bahía. Las vigilias, campañas educativas, la cobertura de los medios de comunicación y la acusación de los cuatro hombres, dio lugar a una mayor conciencia local de la discriminación que sufre la comunidad LGBTQ en Richmond.
Y en el 2008, la Alcaldesa Gayle McLaughlin y el Consejo de la Ciudad de Richmond aprobó una proclamación reconociendo cada mes de junio como el Mes del Orgullo Gay. Sin embargo, algunos defensores de la comunidad LGBTQ mantienen que aún queda mucho por hacer.
“Creo que dice mucho de que no tenemos una comisión oficial LGBTQ o servicio desde el Ayuntamiento”, dice Jenab-i Parejas, coordinador del Grupo Alphabet, un grupo de apoyo para jóvenes LGBTQ. El Grupo Alphabet tiene sus reuniones en el Centro RYSE en las calles 44 y MacDonald, una organización local enfocada en el desarrollo de la juventud sin fines de lucro, ha sido de todos, el defensor más constante, vocal y proveedor para los jóvenes LGBTQ desde su inicio aproximadamente hace tres años.
Además de ser la sede del Grupo Alphabet, RYSE ha guiado la creación de un club Alianza gay-heterosexuales en la De Anza High School, y es un miembro fundador de la Colaboración de Defensa de Jóvenes LGBTQ de Contra Costa, la misma colaboración de el condado que le otorgo a Somos Familia, una beca para realizar presentaciones en Richmond y San Pablo. El Grupo Alphabet alcanza a los jóvenes LGBTQ, mientras que Somos Familia alcanza a sus familias.
Relaciones Sociales Complicadas de los Jóvenes LGBTQ
Según Parejas, llegar a los jóvenes LGBTQ de Richmond requiere estrategias personalizadas que satisfagan sus necesidades específicas. Esto se debe a que la comunidad de Richmond es multifacética, con identidades entrecruzadas de fe, etnia, cultura, lenguaje, sexualidad y clase. Pero dentro de esa diversidad, dice Parejas, hay ciertas divisiones entre las comunidades basadas en raza, etnia, idioma y edad – alimentando aún más la necesidad de proporcionar servicios de apoyo.
La concejal Jovanka Beckles está de acuerdo. En una entrevista telefónica, Beckles cito que los prejuicios religiosos y culturales desalientan a las personas LGBTQ de “liderar con su identidad (LGBT)” y eso hace que sea difícil crear una cultura de paz y respeto en Richmond.
Beckles también es la oficial de enlace de la Comisión de Derechos Humanos y Relaciones Humanas (HRHR por sus siglas en inglés) al consejo de la ciudad. De acuerdo con Beckles, la comisión HRHR es el mejor foro apropiado para que la comunidad de Richmond presente los asuntos LGBTQ. Es responsabilidad de la comisión comunicar estos asuntos al consejo de la ciudad, y hacer recomendaciones de política. Sin embargo, dice Beckles, la gente no puede esperar que el Ayuntamiento realice servicios para las personas LGBTQ por su propia cuenta.
“Aquí es donde ponemos nuestras mentes juntas con los miembros de la comunidad LGBTQ y preguntamos: ¿qué falta?”, dice Beckles. “He tenido a gente que pregunta por qué no celebramos el orgullo [Gay] en Richmond y yo digo, bueno no hay nada que nos detenga. El consejo tiene que escucharlo. Yo necesito escucharlo”.
Aunque Beckles dijo que no hay un plan actual del Ayuntamiento para fortalecer el apoyo a la comunidad LGBTQ o colaborar con organizaciones LGBTQ, la Alcaldesa Gayle McLaughlin ha dicho que está dispuesta a hacer cualquier cosa para “amplificar aún más la voz de este segmento de nuestra comunidad”. Durante una entrevista, McLaughlin incluyo la proclamación anual del Orgullo Gay, su apoyo al firmar la declaración del Alcaldes por la Libertad de Casarse y los talleres sobre los derechos civiles de la Alianza Progresista de Richmond como ejemplos de trabajo que reflejan su compromiso con la comunidad LGBTQ de Richmond. McLaughlin también comentó que ha habido una discusión entre la ciudad y RYSE sobre desarrollar un departamento de Servicios para Jóvenes y Niños, que ella se imagina incluyera servicios para los jóvenes LGBTQ. Cuando se le pregunto sobre la posibilidad de contar con una Comisión Asesora de LGBTQ, McLaughlin dijo: “Sin duda queremos que los jóvenes que están sugiriendo esto vengan y se reúnan conmigo y podemos hablar sobre que sería el trabajo de esa comisión”.
El Grupo Alphabet tendrá esto como tarea. Sin una comisión oficial de la ciudad para evaluar las necesidades de la comunidad LGBTQ de Richmond, el Grupo Alphabet llevará a cabo su propia evaluación de las necesidades de la comunidad y presentará el informe final al consejo de la ciudad este año. Jenab-i Parejas también dice que los miembros producirán material de divulgación e incluso una lista de revisión tipo Yelp de empresas y espacios amables a la comunidad LGBTQ en Richmond.
La educación empieza en casa
Al final de la reunión Somos Familia, los participantes hablan libremente entre ellos mismos. “Debería haber más volantes, vallas publicitarias, carteles en español”, ofrece Lilia. Jerry Peterson y Jenab-i Parejas, de la Colaboración de Defensa de Jóvenes LGBTQ de Contra Costa y el Grupo Alphabet, y el Concejal de San Pablo, Genoveva García-Calloway hablan con Mirna Medina y miembros de Somos Familia
De acuerdo con Mirna Medina, el siguiente objetivo sería reclutar y capacitar a los padres a ser promotores de salud comunitarios dentro de la comunidad latina, pero tendrá que esperar hasta que haya más apoyo público establecido. Medina dice que ninguna afiliada u organización de la ciudad ha llegado a solicitar la formación de promotores de salud o un currículo para la comunidad. “… Y, debido a esto”, dice Medina, “estamos en la fase de la educación, difundiendo la conciencia a otras organizaciones latinas que no son de interés LGBTQ”.
“Es importante que las familias latinas conozcan esta organización, ya que abre sus ojos hacia el entendimiento que tenemos que aceptar a nuestros hijos tal como son”, dice Lilia Quiñones. En su tiempo libre, Quiñones es una consejera de familia voluntaria en la Morada de Mujeres de Milenio. Ella ha escuchado las historias de las familias, la mayoría padres, rechazando sus hijos gays. No ser capaz de aceptar a su hijo, rechazándolos y separándose de ellos por ser homosexuales es una forma de violencia doméstica, dice Lilia. Afecta a toda la familia. Medina está de acuerdo. “El primer espacio seguro para nuestros hijos tiene que ser sus hogares. Y es la responsabilidad de los padres estar informados y sensibles”.
El Grupo Alphabet se reúne todos los martes de 5pm a 7pm en el Centro RYSE, donde los jóvenes pueden discutir temas de identidad, familia, amor, citas y mucho más. Si está interesado en unirse al Grupo Alphabet, póngase en contacto con Jena-bi Parejas, jenabi@rysecenter.org.
El alcance de Somos Familia abarca todo el Este de la Bahía. Puede ver su documental, Tres Gotas de Agua en http://somosfamiliabay.org, o llámelos o mande un correo para unirse a sus esfuerzos al 510-725-7764 y/o somosfamiliabay@hotmail.com.
La Comisión de los Derechos Humanos y de Relaciones Humanas se reúne cada cuarto lunes a las 6:30 en la Cámara del Consejo de Richmond. Llame para confirmar.
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